“Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo” – Colosenses 3:23
Vamos a examinar el texto de Colosenses capítulo 3 para ver cómo debemos servir a Dios y también cómo debemos ganar personas para Cristo. El mundo en su peor estado necesita a la Iglesia en su mejor estado.
I. La base del servicio es Cristo – vs. 1-4
Todo sale de nuestra relación con Jesús. Pablo nos exhorta “busquen las cosas de arriba” para que no podamos concentrarnos en las cosas de abajo. La tendencia es hacer nuestro servicio para que la gente nos vea. Pero Jesús tiene que ser la base de todo lo que hacemos. Hacemos todo por Jesús y por su Reino, sino te vas a sentir siempre en falta. Cuando hacemos las cosas para Jesús y su gloria vamos a sentirnos completos en Él y vamos a ver la transformación de vidas.
II. La santidad como parte fundamental del servicio – vs. 5- 11
El apóstol Pablo nos da las pautas para una vida santa. Está muy claro que nuestro servicio a Dios debe ser libre de “inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría” el texto dice hagan morir todo lo que es propio de esto. La única manera de tratar la carne es matándola. Crucificarla es la forma de vencer. Fíjate que dice que abandonen “enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno”. No dice que podés tener un poco sino que dice: “abandonen también todo”. Sigue el Apóstol diciendo: “dejen de mentirse unos a otros…quitando el ropaje de la vieja naturaleza”. Vistámonos de la nueva naturaleza que es Cristo.
III. Nuestra posición en Dios es clave para el servicio – vs.12- 17
Dios te escogió para servirle como “santos y amados”, y continúa diciendo: “revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia.” Sobre todo “toleren unos a otros y se perdonen”. Para ser escogidos en el servicio debemos perdonar y “vestirnos de amor, que es el vínculo perfecto.” Los escogidos saben cómo conducirnos, así como dice Pablo que “gobierne en sus corazones en la paz de Cristo” como “llamados en un solo cuerpo” y “agradecidos.” Habiten en la palabra de Cristo con “sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.” Un corazón posicionado en Dios es lo que transforma las vidas en el servicio a Dios.
IV. El lugar de servicio es el hogar como prioridad – vs. 18- 25
El matrimonio y el hogar es el primer lugar de servicio a Dios. Dice el texto “sométanse” (respeten) y “amen”. También a los hijos les dice que “obedezcan” con “integridad de corazón y por respeto al Señor.” Que Dios nos ayude a formar hogares donde haya amor, respeto, obediencia. La base de la sociedad es la familia así que todo va a empezar allí. Terminamos como empezamos con el verso “ 23 Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, 24 conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor.”
El lugar de servicio que transforma es la familia y desde ahí se transmite a la comunidad de fe y al mundo.
Un abrazo,
Pastor Rocco