“Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura” – Marcos 16:15
Te has preguntado alguna vez ¿cuál es el anhelo de Dios para el mundo? Al pensar en esta pregunta me lleva a recordar la conocida historia de un hombre que recibió una llamada urgente de Dios para ir a dar un mensaje importante a una gran ciudad. ¿Sabes a quién me refiero? Esta es la historia del nacionalista profeta Jonás, que tenía la misión de ir a predicar a Nínive, un lugar donde no tenían temor de Dios. La historia nos cuenta que Jonás no hizo caso e intentó huir de la presencia del Señor y de esa manera no llevar a cabo los planes que Dios tenía para esa ciudad.
Pienso que muchas veces estamos escapando a los planes que Dios tiene para el mundo de hoy. Hay diferentes maneras de huir a las oportunidades que se nos presentan para hablar del Evangelio a otros. Ponte a pensar ¿en cuántos lugares te desenvuelves y que tienes la oportunidad de presentar el mensaje de Jesús? Puede ser esperando un turno en alguna institución o negocio, yendo en algún medio de transporte, en el trabajo, colegio, facultad, cuál sea el lugar, no debemos escapar a esas oportunidades que Dios nos presenta para hablar de Él.
Jonás en un principio no entendía que un pueblo pagano, que no tenía los mismos principios de fe que los israelitas, que Dios estuviera interesado a que puedan tener una oportunidad de arrepentimiento. Cuando Jonás comienza a predicar, el pueblo se arrepintió de sus malas obras. Ellos creyeron al mensaje que Dios les estaba dando a través de Jonás. Aquí queda claro el interés que Dios tiene a las naciones y Jesús lo deja en claro cuando desafía a los discípulos a ir a todas las naciones anunciando las buenas nuevas a toda criatura
Nuestra labor es dar a conocer la cruz y ser un puente para que aquellas personas que no conocen a Jesús sean llevadas al arrepentimiento.
En este mes, como iglesia somos desafiados a generar un cambio en nuestra mentalidad en cuanto a la predicación del evangelio a todas las naciones y queremos compartir 3 puntos de acción para también desafiarte en este cambio de perspectiva:
1. Habla en todo tiempo. Donde quiera que vayas comienza a desarrollar tu sensibilidad a la voz de Dios para comenzar a testificar sobre la cruz.
2. Identifica tu lugar de misión. Tal vez no todos podamos ir a otros países a ser un misionero, pero cada uno cumple un rol misionero en los lugares donde nos desenvolvemos. Identificar ese lugar nos ayudará a tener carga por las personas y estar orando y predicando acerca del mensaje de salvación.
3. Orar y colaborar a los misioneros. Es clave en la tarea misionera que aquellos que no puedan ir a un lugar específico tengan la carga de orar fervientemente por todos los misioneros y también ver la forma de aportar mensualmente con los recursos que Dios nos ha provisto.
Tenemos un gran desafío para este mes de Marzo, ¿Te sumas?
Abrazo,
Pastor Rocco DiTrolio
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