”Cuando Jesús desembarcó y vio tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor. Así que comenzó a enseñarles muchas cosas.” – Marcos 6:34
Más de alguna vez hemos pisado un restaurante, una cafetería, un patio de comidas, en el que muchas veces, antes de pedir una comida lo primero que se pide es la contraseña del Wifi. La razón por la cual tendemos hacerlo es porque hay una necesidad en nosotros de estar CONECTADOS.
Pensemos…En la sociedad que vivimos hoy se puede estar constantemente conectada en las redes sociales, en los medios de comunicación, etc., pero… ¿las relaciones tienen un vinculo profundo? ¿hay verdaderamente una conexión? o ¿todo es algo superficial y pasajero?
Es importante conocer la manera en la que Jesús se conectó con la gente. Él es nuestro modelo a seguir en todas las áreas de nuestra vida, por eso vamos a ver las formas que utilizó a la hora de conectar con la sociedad:
I. Conectó con la necesidad y la realidad – (Marcos 6:30-44)
En este pasaje vemos a Jesús que estaba conectado con la realidad de la gente. Algunos principios que vemos es que Jesús tenía compasión de ellos (vs.34). Jesús mira a las personas como ovejas sin pastor. La conexión comienza con una compasión en la visión que tenemos de la gente. Nunca vamos a conectar con otros si tenemos una actitud egoísta. Lo segundo que vemos es que Jesús tomó acción (vs.36). Jesús dice a sus discípulos que les den ellos de comer a toda la gente, pero a la misma vez en el vs. 41 Jesús bendijo lo que trajeron. Este es el tercer principio, que a simple vista parecía que era muy poco lo que habían traído a los discípulos, pero al momento que Jesús bendice los alimentos, se multiplica a tal punto que sobró. Cuando estamos conectados con Jesús nunca es poco. ¡Jesús hace milagros para conectar con la necesidad y realidad!
II. Conectó traspasando las barreras culturales (Juan 4:1-26)
Jesús traspasó las barreras culturales con la mujer samaritana en varios aspectos. Primero, Jesús extendió su mano a conectar con una mujer y también porque era de Samaria. Las diferencias culturales no pueden limitarnos a extender nuestros corazones. En segundo lugar, Jesús no dejó que las diferencias lo separaran. No tenemos que dejar que la diversidad nos separe. Para eso debemos romper con los prejuicios, que en realidad no es fácil, pero si queremos lograr una conexión, tenemos que dejar que Dios nos cambie. Tercero, Jesús vio mas allá para ver su necesidad espiritual. Jesús pudo descubrir su pasado y su presente, sin conocerla, aún así, no la condenó. Y en cuarto lugar, Jesús la llevó a una conexión divina, que significó conocer al verdadero Dios y Mesías, que es el único que puede romper barreras para que tengamos un encuentro con Él.
III. Conectó sin importar la etiqueta social – (Lucas 19:1-9)
Jesús se encuentra con las personas sea cual sea el lugar donde se encuentren. No importa lo que la sociedad dice de ellos. Él encontró a Zaqueo, el recaudador de impuestos en un árbol. Primero, Jesús lo miro a él y en segundo lugar, vemos que Jesús toma la iniciativa en el Vs. 5 b- Tengo que quedarme hoy en tu casa.6 Así que se apresuró a bajar y, muy contento, recibió a Jesús en su casa.7 Al ver esto, todos empezaron a murmurar: «Ha ido a hospedarse con un pecador». Jesús conecta para ir a estar con nosotros. Este encuentro nos lleva a ver una transformación de Zaqueo, que producto de este encuentro iba a devolver todo lo que había robado. Fíjate que dice Lucas 15:1-2- “Muchos recaudadores de impuestos y pecadores se acercaban a Jesús para oírlo, 2 de modo que los fariseos y los maestros de la ley se pusieron a murmurar: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos».” No importa las etiquetas que la sociedad imponga sobre la gente, Jesús anhela cambiar nuestras vidas. Sin importar las acusaciones que le hicieron a Jesús por estar demasiado cerca de los pecadores.
IV. Conectó con las personas marginadas – (Mateo 8:1-4)
Jesús se acercó a todos los rechazados y marginados por la sociedad. Vemos el ejemplo cuando Jesús sanó al leproso. Primero, vemos el clamor del leproso. Este hombre estaba anhelando una sanidad en su vida y clamó a Jesús para que Él lo pudiera hacer. Las personas marginadas por la sociedad están clamando por ayuda. Segundo, Jesús tocó al leproso. Una de las cosas que debemos notar es que a los leprosos no se les podía tocar, porque era una enfermedad contagiosa, pero Jesús estuvo dispuesto a tocar al leproso. Esto nos enseña que tenemos que extender nuestras manos para tocar la necesidad del prójimo. La sociedad discrimina a ciertas personas, pero Jesús los recibe a todos. Porque Él “tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor.”
Un abrazo,
Pastor Rocco
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