“ Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.” – Juan 6:35

¿Has tenido muchas preguntas que Dios nunca te contesto? El corazón del hombre está lleno de discursos hacia Dios preguntando Por qué. Es natural, porque el ser humano desea saber de todo. Pero Dios no está obligado a responder de la misma manera. Es necesario poner la confianza en Él.

Lo primero lo vemos en este pasaje en la declaración de Jesús: “Yo soy el pan de vida ”. Esto nos lleva a entender que Él es la fuente de todas las cosas. Jesús es nuestro pan de todos los días con el que podemos ser alimentados. A pesar de las preguntas, Él es nuestra respuesta en todo. ¡Es un desafío poner la confianza total en Jesús!

Segundo, “El que a mi viene nunca pasara hambre,” tenemos que ir a Él. Muchas veces corremos a otros lugares menos a Él para obtener una respuesta. ¿A dónde recurres primero para encontrar una respuesta? ¿A Él o a otro lugar o a otra persona? Mi anhelo es correr a Jesús y buscar en Él la respuesta.

Tercero, “y el que en mi cree,” la importancia de creer en Él. Dios no puede hacer nada en nuestra vida si no hay fe. Sin fe es imposible agradar a Dios. El Señor responde a la fe de uno, no a la necesidad. Las necesidades en nuestras vidas nos llevan a Él, pero Él va a responder a la fe que tengamos.

Cuarto, “nunca más volverá a tener sed.” Cuando nuestro deleite esta en Él nunca tendremos necesidad de otra cosa para llenarnos. Dios es todo para nosotros. Encontramos todas las respuestas de nuestras vidas aun en “los silencios de Dios”, aun cuando no sentimos que Dios esté escuchando a nuestro clamor. Si buscamos la solución en Dios a pesar de que no hay respuesta, tenemos la seguridad y la paz de que todo está en sus manos.

Las preguntas y los cuestionamientos en la vida van a estar siempre, pero si confiamos en Dios como el pan de nuestra vida y creemos en Él, nunca vamos a tener sed.

Un abrazo fuerte,
Pastor Rocco